Monday, July 21, 2008

La bolsa del árabe

Después de siete meses en Nueva York todavía no puedo adivinar quién viene de dónde. Los asiáticos son los más complicados de identificar, aunque ya distingo a los tibetanos y estoy entendiendo las diferencias entre un chino y un japonés. Pero así y todo estoy casi segura de que el tipo que estaba delante mío esperando el metro, era árabe.
La estación estaba calurosa y húmeda. Mi falda se pegaba a mis piernas y mis brazos y espalda estaban absolutamente sudados, igual que los brazos y espaldas de todos los que estábamos allá abajo, en la 59 de Bay Ridge, en Brooklyn, esperando el tren que nos llevaría al aún más caliente Manhattan.
Al rato, llegó el tren. Mientras todos nos apurábamos para entrar, al árabe se le cayó una bolsa negra. Yo la agarré y me subí con ella al vagón.
El tipo -un pelado de bigotes y camisa a rayas pegada a una guata en progreso- estaba apoyado contra la puerta del fondo del carro.
Me puse al frente y estiré el brazo con la bolsa. "Se le cayó esto", le dije mientras se la pasaba. Entonces todos los dientes aparecieron debajo del bigote mientras el tipo movía la mano de un lado a otro. "Noooooo", me dijo. "Muchas gracias, pero esas son cosas que ya no necesito".
Por unos diez segundos nos quedamos parados, mirándonos. Yo con la bolsa colgando de mi mano y él moviendo la suya de un lado a otro. Quería decirle que por algo la estación estaba llena de basureros, pero me dio vergüenza. Hace tiempo que no usaba esta expresión, pero me dio vergüenza ajena.
"Ok", le contesté. Sonó el timbre del metro. Ya no tenía tiempo para ir a botar la bolsa, así que, a regañadientes, la dejé a la salida del carro. La puerta se cerró en mi cara. El árabe seguía sonriendo medio compungido mientras yo me agarraba de un fierro para no caerme mientras el tren se movía.
Iba bien perpleja pensando en basuras y basureros cuando veo que por la derecha se me acerca rauda una gringa (estoy segura, era gringa). Antes de que pudiera enfocar su cara, vi que me ponía debajo de la nariz un spray destapado. "Toma, para que te desinfectes las manos", me dijo toda sonriente (muchas sonrisas para un sólo vagón de metro). Yo quedé más plop.
La bolsa no estaba sucia ni chorreada. Y no quería que el árabe me viera "desinfectándome" las manos porque había tomado sus cosas, así que le dije que no gracias.
La rubia tapó su spray y se retiró rápido a la esquina del carro. Y ahí quedé. Primero me fui mirando para afuera, o sea, a nada... el túnel. Y después saqué mi libro y me puse a leer.

(PS: un amigo me dijo: "¿y no le avisaste a la policía que habían botado una bolsa?"... otro: "yo habría pensado que era una bomba")

7 comments:

Anonymous said...

Yo también hubiera pensado que podría ser una bomba. Qué susto!!
Entrete historia, quiero más!
Cariños
Kathya

Marcela said...

Qué gran historia! Y cuánta actitud, digna de ti, por supuesto. Qué bueno tener noticias tuyas más que sea a través de un blog. Esperaré más novedades. Yo no tengo ni blog ni Facebook, pero te escribiré un mail contándote de Elenita (!).

LOTEO EL MAÑIO: ENTRE DOS LAGOS said...

en realidad no habría pensado en una bomba, sino en una bolsa, así como los bazares árabes, una bolsa infinita de cosas extrañas, lámparas de aladino, aros de piedras de colores, pañuelos, embrunos...que lindo su adjetivo para nueva york: un resumen del mundo. Suerte
Carola Antezana

S o L e said...

Gua... jamás me imaginé tesoros árabes en la bolsa... Si lo hubiera hecho, ta vez me habría ido a otro vagón a abrir la bolsita de basura, jajajajajaja

Unknown said...

Sol, un placer leerte. Más ganas me dan de ver el resúmen del mundo con mis propios ojos. Sobre la bolsa...la mejor actitud...la tuya! Lástima que no apareció el genio en la bolsa. Queda pa la próxima. Besos!!

LOTEO EL MAÑIO: ENTRE DOS LAGOS said...

Sole, tu pluma me transporta y me imagino las ratas y pego un grito en silencio y me imagino tu rostro, de asco, porque las ratas dan asco, viendo un guarén en los andenes de los metros sucios de nueva york (como los vemos en las películas)...creo que estás escribiendo súper y acompañada de un buen gráfico (la foto está buenísima) logras que tengamos un pedazo de esos días locos que vives por esos lares...yo te veo siempre, tengo tu blog en mis "favoritos"...sigue contándonos de ti y tu aventura en ese crisol del mundo y si ¡raticidas para los animalejos de wall street!

S o L e said...

gracias carolita,
y claro que voy a seguir contando historias de por estos lados
un abrazo grande