Tuesday, October 7, 2008

Las ratas de NY (y las de Wall Street)


Se supone que las ratas tienen crías cada dos meses... Bueno, estoy casi segura que las de Nueva York acaban de parir. Esta semana, hace unos días, recién.
Están en todos lados, en las alcantarillas, en las sombras de los edificios, en el departamento subvencionado de la señora de Harlem, en el metro. Siempre andan en el metro, pero podría jurar que ahora son más. Por primera vez en estos diez meses que llevo en la ciudad he visto ratas en los andenes, saliendo de la mugre de los rieles para correr de un lado a otro como esperando el tren que siempre se demora más de lo que uno quisiera. Además están las ratitas recién aparecidas que vienen a engrosar la población de la ciudad .
Y ahora también está la rata gigante que ocupa los cinco pisos de un edificio clavado en Howard Street con Broadway. Ahí, donde la elegancia del Soho se asoma al ruidoso mundo de Chinatown apareció este fin de semana un grafitti enorme y rabioso que pide que los de Wall Street (claro, ellos son la rata gigante, que lleva maletín, corbata y las manos manchadas de sangre) se atraganten con la crisis. Como si fueran sólo ellos los que van a tener que comer crisis. Ojalá fueran sólo ellos.
Si basta con sólo mirar las caras de la ciudad para saber que todos andan pisando huevos. O mirar como el egipcio, el mexicano y los dos italianos de la pizzería de la esquina se ven las caras, se dan vueltas y corren a contestar el teléfono esperando un pedido. "El año pasado a esta hora -tipo 8 de la tarde- no parábamos de hacer pizzas", me contaba uno... Y pucha que son buenas sus pizzas.
O basta escuchar a una portorriqueña que conozco, que se desvive por encontrar alguien que quiera arrendar uno de los cuartos de su casa en el Bronx para compartir gastos y pasar por la recesión en comunidad. O escuchar que el salvavidas que quiso tirar el gobierno tal vez no sirva de nada, que Wall Street se sigue hundiendo, que Europa también se tambalea. O leer en un diario que regalan en el metro que muchos new yorkers (no dice cuántos... y sólo cita un caso...) se están yendo a trabajar a China, a India, Rusia y Polonia.
Pero luego uno saca los ojos del diario y ve la marea de gente que vuela con sus bolsas de compras, los restaurantes caros llenos como siempre, las exposiciones, los conciertos repletos. Entonces uno piensa que de repente no es para tanto. Pero después aparece de nuevo la rata gigante y la fila de Homeless que se sentaba al frente del mural, en el límite de Soho y con ellos vuelve la incertidumbre.
Y entonces llega Woody Allen, que dice que esta ciudad vibrante siempre se levanta. Y uno espera que sea cierto (aunque aún no pueda decir que se ha caído... pero en caso de aquí se sea...).
PS: la foto la tomó el Cris.
PS2: Acabo de leer que las bolsas del sur se suman a la hecatombe... ratas del mundo... se viene la crisis